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Libro reúne debates en torno a los Acuerdos de Basilea
y sus efectos en el financiamiento de las políticas públicas

De Basilea a la puerta de tu casa

LUIZ SUGIMOTO

Profesora Ana Rosa Ribeiro de Mendonça, del IE: "El libro tiene un contenido rico y original" (Fotos: Neldo Cantanti/Antoninho Perri)Foi lanzó, el 17 de mayo, en Brasilia, un libro de circulación obligatoria en el área económica brasileña. Regulación bancaria y dinámica financiera: evolución y perspectivas a partir de los Acuerdos de Basilea es el resultado de debates que contaron con una masa crítica de primer nivel, reunidos en tres eventos promovidos por el Centro de Estudios de Relaciones Económicas Internacionales (Ceri), del Instituto de Economía (IE) de la Unicamp, con el patrocinio de Caixa Econômica Federal.

Primero el acuerdo fue firmado en 1988.

La profesora Ana Rosa Ribeiro de Mendonça, que organizó el libro junto con el profesor Rogério Pereira de Andrade, explica que los Acuerdos de Basilea constituyen un conjunto de reglas que guían el funcionamiento del sistema bancario. “El primer acuerdo fue firmado en 1988, inicialmente por los bancos centrales de los diez países más ricos (G-10), pero acabó siendo abarcado por más de un centenar de países, entre ellos Brasil, que lo adoptó en 1994”.

Ana Mendonça observa que el sistema bancario, por la propia naturaleza de sus operaciones, está sujeto a riesgos y crisis. Por lo tanto, bajo los auspicios de la autoridad reguladora y supervisora ​​(en la mayoría de los casos, el banco central), los bancos están sujetos a un marco de reglas mucho más amplio y riguroso que en cualquier otro segmento de la economía.

“En el Acuerdo de Basilea I, la lógica central es que un banco debe mantener un mínimo de patrimonio [patrimonio neto] en relación con los activos de su cartera. Cuanto más riesgosa es la operación, más capital necesita mantener el banco para cubrir el riesgo”, explica el profesor.

Seminario celebrado en marzo de 2006 en el Instituto de Economía: debates de primer nivelEl organizador del libro recuerda que la introducción de Basilea I fue importante para el sistema financiero brasileño, que atravesaba grandes transformaciones. Los años noventa fueron una década de liberalización financiera, con la entrada de capital extranjero al sistema; el Plan Real que eliminó las ganancias inflacionarias de los bancos; fusión, intervención y liquidación de bancos privados; la extinción y privatización de gran parte de los bancos públicos estatales; y reestructuración de los bancos públicos federales.

Según Ana Mendonça, en el Acuerdo de Basilea II, publicado en 2004, la idea central permanece, pero la nueva estructura avanza en la medición de riesgos y trae métodos más precisos desarrollados por las instituciones. “Brasil comenzó a adaptar Basilea II en 2005, con una fecha límite de 2011, pero el cronograma ya está muy retrasado”.

Seminario celebrado en marzo de 2006 en el Instituto de Economía: debates de primer nivelEl plazo mencionado demuestra que la aplicación de los acuerdos es una cuestión extremadamente compleja. En este sentido, dos líneas guiaron las investigaciones y los debates promovidos por Ceri: los efectos de los Acuerdos de Basilea sobre el funcionamiento del sistema brasileño y cómo este nuevo marco de reglas puede afectar a los bancos públicos, especialmente a su capacidad de financiar el desarrollo.

“El libro tiene un contenido rico y original. En la primera parte, una discusión académica muy densa sobre la naturaleza y posibles consecuencias de los acuerdos, especialmente en los países en desarrollo. En la segunda parte, la posición de los directores de los bancos públicos y privados que están a la vanguardia de la puesta en práctica de este conjunto de reglas”, resume Ana Mendonça.

A pesar de todo - Si los debates técnicos sobre Basilea I y II tuvieron lugar a un alto nivel, los profanos podrán comprender la preocupación de los expertos por los efectos en los cinco bancos públicos federales: el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), el Banco do Brasil. , Caixa Econômica Federal, Banco do Nordeste do Brasil (BNB) y Banco da Amazônia SA (Basa).

“En Brasil, a pesar de la intervención, cierre y privatización de muchos bancos estatales en la segunda mitad de los años 90, todavía tenemos un sistema público federal relevante, que representa alrededor del 30% de los activos del sistema. Probablemente, en ningún otro país los bancos públicos desempeñan un papel tan importante”, afirma Ana Mendonça.

En opinión del profesor de la Unicamp, estos bancos ahora están limpios y compiten eficientemente en el mercado. “Además del BNDES, que no capta depósitos del público, los demás también actúan como bancos comerciales. Por lo tanto, caminan en una línea muy fina, ya que les cargan los resultados de la banca privada y los resultados sociales”.

Al estar bajo los auspicios del Banco Central, los bancos de desarrollo también están sujetos al marco regulatorio de Basilea. “Los estudios indican que esto podría limitar la capacidad de financiación de estos bancos”, advierte Ana Mendonça.

Entre las vocaciones de los bancos públicos está la de atender al público que no interesa a los grandes bancos privados. “El mercado brasileño está experimentando un auge en la financiación inmobiliaria, donde los bancos privados están entrando con fuerza. Sin embargo, el 90% del déficit de vivienda se sitúa por debajo de cinco salarios mínimos. ¿Quién presta a estas familias? Es la Caja”, observa la docente.

Ana Mendonça añade que, de la misma manera, los bancos privados están incursionando fuertemente en el crédito rural, pero centrándose especialmente en los grandes productores, mientras los pequeños productores recurren al Banco do Brasil, al BNB, al Basa y a algunos programas regionales. “Por eso, la evaluación de la banca pública no puede basarse sólo en la eficiencia microeconómica (de la institución), sino también en los resultados sociales y económicos”.


En defensa de los bancos publico federal

En el libro organizado por Ceri, un artículo firmado por Jorge Mattoso, profesor del Instituto de Economía de la Unicamp y ex presidente de Caixa Econômica Federal, y por el profesor Marcos Vasconcelos, asesor económico de Caixa, hace una enfática defensa de los bancos públicos federales por la promoción desarrollo económico y social.

“Durante muchos años, la oferta de crédito agrícola y financiación de vivienda estuvo restringida al Banco do Brasil y a la Caixa Econômica Federal, respectivamente, debido al total desinterés de las instituciones financieras privadas en este tipo de operaciones”, afirman los autores.

“Más recientemente, fueron los bancos públicos federales los que comenzaron el esfuerzo de incluir a los bancos con ingresos más bajos, o los que ofrecían crédito con deducciones de nómina de manera más amplia, a pesar del diferencial significativamente menor”, ​​añaden.

En relación a Caixa, Mattoso y Vasconcelos recuerdan que al inicio del gobierno Lula sólo había dos caminos a seguir: continuar el proceso de privatización iniciado en el gobierno anterior o desarrollar la institución como un banco plenamente público, eficiente y competitivo, y también capaz de atender a toda la población.

Los datos que siguieron después de optar por la segunda vía, referidos al período de 2002 a 2005, indicaron un aumento del 72% en los recursos puestos a disposición por Caixa – de R$ 67,7 mil millones a R$ 116,7 mil millones, con una previsión de R$ R 130 mil millones de dólares en 2006. En vivienda, los contratos inmobiliarios pasaron de 5,4 mil millones de reales a 9 mil millones de reales, con una previsión de 10,8 mil millones de reales en 2006.

En otro artículo, Fernando Nogueira da Costa, profesor de la Unicamp y vicepresidente de Caixa, destaca la importancia de la institución en el financiamiento de pequeñas empresas. “Aunque sólo añaden el 20% del valor añadido del total de empresas, representan el 99% de las empresas existentes y producen el 67% de las ocupaciones”.

Según Costa, los préstamos de Caixa a las pequeñas empresas, que totalizaron R$ 2,7 mil millones en 2001, aumentaron a R$ 8,8 mil millones en 2004 y a R$ 16,4 mil millones en 2005. El profesor añade que el 90% del crédito concedido por el banco a personas jurídicas se destina a micro y pequeñas empresas.

BNDES – El profesor Luiz Carlos Prado, de la UFRJ, y Dulce Monteiro Filha, economista del BNDES, afirman en su artículo que los Acuerdos de Basilea no se aplican a los bancos de desarrollo, aunque el BNDES viene adaptándose a los estándares del Banco Central.

Los autores creen que, en el caso del BNDES, la gestión de riesgos financieros debería ser similar a los modelos desarrollados por instituciones como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y los Bancos de Desarrollo de Corea del Sur, Singapur y China.

Recuerdan que el BNDES cumple diferentes roles, como financiar proyectos de largo plazo en las áreas industrial y de infraestructura; financiar exportaciones; realizar inversiones no reembolsables en creación de empleo, servicios urbanos, salud, educación, vivienda, medio ambiente; y apoyar proyectos de docencia e investigación.

El libro nació de un ciclo.

El libro Regulación bancaria y dinámica financiera: evolución y perspectivas a partir de los Acuerdos de Basilea, organizado por Ana Rosa Ribeiro de Mendonça y Rogério Pereira de Andrade, del Centro de Estudios de Relaciones Económicas Internacionales (Cori) del Instituto de Economía (IE ) de la Unicamp, fue lanzado el 17 de mayo en Brasilia, en el auditorio de la Caixa Econômica Federal, socia del proyecto.

El libro es resultado de un extenso trabajo de investigación denominado “Ciclo de Estudios y Debates sobre la Financiación del Desarrollo en el Alcance del Acuerdo de Basilea II”. El ciclo se desarrolló a partir de tres eventos: un seminario en septiembre de 2005 en la Unicamp, un taller en noviembre del mismo año en Brasilia y un seminario internacional en marzo de 2006 en la Unicamp.

Los autores

Adriana Cezar Nogueira Ribeiro
Ana Rosa Ribeiro de Mendonça
andres cornfor
Avinash Persaud
Bolívar Tarragó Moura Neto
Daniel Correa Rayol
dominique plihon
Dulce Monteiro Filha
Fernando N. da Costa
Jan Kregel
Jorge Matoso
Kumagae Hinki Junior
Laura do Socorro da Rocha Santos
Luciano Coutinho
Luis Carlos Prado
Lourival Nery dos Santos
Marcos R. Vasconcelos
Mario Dehove
miguel segoviano
Oduval Lobato Neto
L. Randall Wray
Robert Gutmann
Roberto Boyer
Simone Silva de Deós
Stephany Griffith-Jones
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